Ciencia ficción:
características
La ciencia ficción
es un género literario narrativo que se caracteriza por la invención de
historias en las que hay algún logro científico, avance tecnológico, evolución
social, cambio cultural inexistente o imposible en la actualidad, pero que
podría llegar a producirse en el futuro y que permite pensar el impacto que
esto provocaría, el posible conflicto humano o social que invitaría a
reflexionar al lector sobre la condición humana. También puede decirse que es
un género “no realista” que excluye lo “sobrenatural”.
Esta literatura
también ha sido denominada “de
anticipación” ya que en muchas ocasiones ha sugerido un camino de
investigación y de descubrimiento para la ciencia que luego se ha confirmado,
como la llegada del hombre a la luna, la clonación, la teletransportación, etc.
Si bien hay obras
de ciencia ficción reconocibles anteriormente, se dice que estas narraciones
encuentran su identidad a partir de la década de 1920, siendo llevada
posteriormente a otros medios, como el cine, la historieta y la televisión.
Tuvo un gran auge en la segunda mitad del siglo XX debido al interés popular acerca
del futuro que despertó el espectacular avance tanto científico como
tecnológico alcanzado durante todos estos años y luego, con la divulgación en
el cine y la televisión, que ha logrado emplear “efectos especiales” de verosimilitud, captando gran cantidad de
público.
La “verosimilitud” de este género se
fundamenta narrativamente en los campos de las ciencias físicas (la física y
sus derivadas), naturales (biología, química, etc.) y sociales (antropología,
sociología, historia, etc.). La acción puede girar en torno a un abanico
grande de posibilidades (viajes interestelares, conquista del espacio,
consecuencias de una hecatombe terrestre o cósmica, evolución humana a causa de
mutaciones, evolución de los robots, realidad virtual, existencia de civilizaciones
alienígenas, etc.). Esta acción puede tener lugar en un tiempo pasado, presente
o futuro, o, incluso, en tiempos alternativos ajenos a la realidad conocida, y
tener por escenario espacios físicos (reales o imaginarios, terrestres o
extraterrestres) o el espacio interno de la mente. Los personajes son
igualmente diversos: a partir del patrón natural humano, recorre y explota
modelos antropomórficos (zombies, muertos vivos, mutantes, etc.) hasta
desembocar en la creación de entidades artificiales de forma humana (robot,
androide, ciborg) o en criaturas no antropomórficas, dotadas de inteligencia.
Temas frecuentes:
En la ciencia
ficción se tratan una gran cantidad de temas. Algunos de ellos son:
- Los posibles inventos o
descubrimientos científicos y técnicos futuros (tecnología de ficción) y los
avances en campos como la biotecnología, nanotecnología, biónica, la ingeniería
genética, la clonación, etc.
- La creación de inteligencia artificial
y robótica.
- Los adelantos en el mundo de la
informática y la realidad virtual que permiten plantear experiencias
alternativas, simulaciones, etc.
- El planteo de un futuro utópico
(ideal, maravilloso), distópico (indeseable, terrible) o apocalíptico
(catastrófico, trágico).
- La propuesta de alguna ucronía, es decir,
de una historia que se desarrolla a partir de un hecho histórico que no sucedió
pero que hubiese podido pasar, por ejemplo que los nazis hubiesen ganado la
segunda guerra mundial, o que los dinosaurios coexistan con los seres humanos,
etc.
- La concreción de viajes en el tiempo,
hacia el pasado o el futuro y las modificaciones que ese acontecimiento podría
producir.
- La existencia de vida extraterrestre,
que invade o convive en nuestro planeta.
- La exploración y colonización del
espacio exterior, viajes por el espacio interestelar y el espacio
intergaláctico.
Aportes
de la ciencia ficción a la ciencia
De igual manera que
la ciencia ficción ha tomado muchos de sus argumentos y elementos de
ambientación de conceptos o creaciones de la ciencia, ésta ha tomado en
ocasiones elementos de la literatura de ciencia ficción para convertirlos en
conceptos reales o hipótesis de trabajo de cara al futuro científico o
tecnológico.
Los casos más
conocidos de esta transferencia son los del término “robot” empleado por
primera vez por el escritor checo Karel Čapek -el cual deriva de la palabra
«robota», que en su idioma significa «trabajo duro y pesado»; dado que se
entendía por éstos como máquinas específicas para realizar estas funciones- en
su obra R.U.R. (Robots Universales de Rossum), el término derivado robótica,
creado en las novelas de robots de Isaac Asimov, el ascensor espacial,
imaginado por Arthur C. Clarke y Charles Sheffield de manera independiente, o
el concepto de órbita geoestacionaria, desarrollado por Herman Potočnik y
posteriormente por Arthur C. Clarke. Es por ello que también se conoce como
órbita de Clarke. Otros conceptos han sido profusamente desarrollados por la
ciencia ficción incluso antes de ser tenidos en cuenta por la ciencia. Por
ejemplo, Julio Verne en De la Tierra a la Luna (1865) describió como tres
hombres son lanzados desde Florida en viaje a la Luna. De ese mismo punto
partieron los astronautas del Apolo 11 cien años después.4 En The world set
free (El mundo liberado, 1914), H.G. Wells predijo la energía nuclear y la
utilización de la bomba atómica en una futura guerra con Alemania. Y en la
novela Ralph (1911), Hugo Gernsback describió detalladamente el radar
antes de haber sido inventado. La ciencia ficción también ha especulado sobre
la antimateria,
los agujeros
de gusano o la nanotecnología antes que la propia ciencia. Por último habría que destacar que
esta literatura introduce todo un diccionario de neologismos o términos nuevos,
inventados por estos autores, para que el lector pueda imaginar posibles
personajes, situaciones, objetos, que sean producto de los avances tecnológicos
y para los cuales en su momento no existía un término que los denominara.
LAS TRES LEYES DE LA ROBÓTICA
por Isaac Asimov
En la inmensa obra
de ciencia ficción de Asimov sobresalen dos series: Los Robots Positrónicos y
La Fundación. El robot positrónico de Asimov fue una anomalía para la ciencia
ficción del momento, hasta entonces la mayor parte de los relatos que incluían
robots los presentaban como amenazas sin control o como seres completamente
estúpidos. Asimov, en cambio, imaginó al robot como un ser benéfico,
inteligente y noble; sujeto estrictamente a las Tres Leyes de la Robótica:
Se trata de un
conjunto de reglas escritas por Isaac Asimov, que la mayoría de los robots de
sus novelas y cuentos están diseñados para cumplir y que el Buen Doctor se
encargó de desarrollar y explotar hasta la saciedad en sus relatos y novelas de
robots, como Yo, Robot, Los robots, Robots e Imperio, etc. Admiten la siguiente
formulación:
1.- Un robot no
puede dañar a un ser humano o, por inacción, permitir que un ser humano sufra
daño.
2.- Un robot debe
obedecer las órdenes de un ser humano, siempre que no entren en conflicto con
la primera ley.
3.- Un robot debe
proteger su propia existencia, siempre que esta protección no esté en conflicto
con la primera o segunda ley.
Posteriormente, se
añadió una ley superior a la Primera ley conocida como Ley Cero con la
siguiente formulación:
0. Un robot no
puede hacer daño a la Humanidad o, por inacción, permitir que la Humanidad
sufra daño.
Estas leyes,
ideadas por Asimov junto a su editor John W. Campbell Jr., permiten establecer
en sus relatos de robots deliciosos juegos mentales, así como paradojas del
comportamiento y la esencia del ser humano. En estos relatos es frecuente
cuestionarse dónde está la esencia humana: ¿qué nos hace realmente humanos? ¿Un
ser inteligente y autoconsciente es menos humano por estar hecho de silicio y
acero? ¿Es menos real una mente que funciona mediante la aniquilación
materia-antimateria de los positrones en su cerebro de platino-iridio?
LAS TRES LEYES DE LA CIENCIA FICCIÓN por Arthur C. Clarke
Arthur C. Clarke es
uno de los escritores de ciencia ficción más importantes, además de ser
científico y divulgador científico (se podría decir que era un colega más de
Isaac Asimov).
Como escritor de
ciencia ficción destaca el relato llamado El centinela (The Sentinel), que
sirvió de base para su novela 2001: Una odisea espacial (1968) y para la
película del mismo nombre del director Stanley Kubrick (el cual falleció un día
como hoy de hace 12 años).
Entre el vasto
legado que nos dejó -tanto literario como científico- destacan estas tres leyes
relacionadas con el avance científico (de las cuales seguramente ya han oído
aunque sea uno, incluso en este blog), las cuales fueron nombradas las Leyes de
Clarke y dan una perspectiva muy peculiar de la realidad a través de los ojos
de un científico y escritor de ciencia ficción, como lo fue él.
1 - Cuando un
anciano y distinguido científico afirma que algo es posible, posiblemente está
en lo correcto. Cuando afirma que algo es imposible, posiblemente está
equivocado.
2 - La única manera
de descubrir los límites de lo posible es aventurarse hacia lo imposible.
3 - Cualquier
tecnología lo suficientemente avanzada es indistinguible de la magia.